LA NIÑA DE LOS OJOS VERDES

Había una vez …

una niña muy bonita, de ojos verdes y cabello rubio. Se llamaba Aina.
la niña de los ojos verdes

Desde pequeña todos le decían siempre lo guapa que era. Y lo era. La verdad es que lo era. Pero se lo creyó tanto que olvidó a sus amigos, asu familia, olvidó el valor de la amistad … sólo vivía para mirarse en el espejo. Olvidó ser buena persona como le habían enseñado sus padres.

Un año, en Navidad, pidió un espejo gigante para colgarlo en su habitación. No se lo trajeron y se enfadó mucho y rompió el árbol de navidad, el pesebre y todo lo que encontró a su paso. No quería hablar con nadie y sólo quería vengarse. Y pensó: Escribiré una carta a los Reyes Magos. Les pediré un trineo e iré a casa de Santa Claus y le romperé su fábrica de juguetes para que nunca más ningún niño tenga un juguete

Aina, una niña muy bonita, de ojos verdes y cabello rubio, se transformó a partir de ese momento. Todo el mundo que la veía la encontraba fea, porque en su interior era mala, vengativa y descarada.

Una tarde que había nevado, paseaba por el camino de las mimosas, sola y enfadada … ¡Como siempre!

Y de repente oyó una voz

ninot de neuHola

Como nunca nadie hablaba con ella pensó que no era a ella a quien hablaban pero la voz lo volvió a decir:

Hola!

Entonces se volvió y tuvo la sensación de que la voz provenía de la plaza y se dirigió hacia allí. Solo encontró un muñeco de nieve, que pocos minutos antes habían hecho unos niños del pueblo. Una zanahoria en la nariz, unas piedras en los ojos y una flor en la boca. Era blanco y redondo y tenía una voz muy suave.

¡Hola!” ¡Pareces muy enfadada! Nunca había visto una niña con un problema tan grande!, le dijo el muñeco de nieve.

«¿Quién eres? Los muñecos de nieve no hablan! Ahora mismo te destruiré! «, Contestó Aina

Espera … piensa en que te has convertido y cuando recuperes la bondad y la ilusión … vuelve!«

Aina se giró y recibió una bola de nieve en la cara. ¡No lo podía creer! Y se fue llorando. Era la primera vez en muchos meses que lloraba.

Se refugió en un banco y lloraba sin parar. Por su lado pasaron sus compañeros de clase que la quisieron ayudar, como siempre hacían, pero ella no los dejó, los echó.

Fue hacia su casa y cuando entró sus padres le hablaron. La querían mucho pero ya no sabían que hacer con ella, estaban muy tristes. Aina se llevaba mal todos los días y ellos se sentían culpables, el padre lloraba, la madre lo consolaba … Fue entonces cuando Aina se dio cuenta del mal que hacía a las personas que la querían y se sentió mal. Subió a su habitación y descolgó todos los espejos que tenía. Descubrió que la belleza se encuentra en el interior y que su interior era feo. Y decidió cambiar. Bajó hacia el comedor, donde estaban sus padres y les pidió perdón y prometió que nunca más sería mala. Sus padres la abrazaron.

De repente Aina dijo:
Tengo que hacer una cosa. Ahora vuelvoy se marchó hacia la plaza donde había encontrado el muñeco de nieve. Cuando llegó le dijo:

Gracias, porque me has hecho ver que me había portado mal con todo el mundo. Ahora que todavía puedo rectificar seré buena persona«. Fue entonces cuando el muñeco de nieve se deshizo. Ya no nevaba y Aina volvió a casa.

Sus padres la esperaban con una carta entre las manos:

«Escribe aquí lo que quieres para reyes«

Y Aina, escribió solo 4 palabras: “UN MUÑECO DE NIEVE

Y colorín, colorado, este cuento se ha acabado.




Escrito por: Claudia

Periodista especialista en oci infantil i familiar amb més de 30 anys d'experiència en mitjans.