No hay nada tan serio como un juego, ni tan divertido como jugar.
Si eres de los que piensa que las matemáticas no pueden ser entretenidas… ¡Espero que cambies de opinión cuando acabes de leer este artículo!
Antes de empezar, es importante destacar que los últimos estudios que han hecho los neurocientíficos muestran que nuestro cerebro está perfectamente diseñado para ser perezoso.
Ya lo sospechabamos, ¿verdad? Si podemos, evitamos reflexionar…
Plantear problemas, buscar soluciones, aprender cosas nuevas… Consume mucha energía, mucho tiempo y no siempre nos apetece. Pero hay estrategias que pueden hacer que esta tarea nos resulte más estimulante y agradable.
Recordamos y aprendemos más rápidamente aquello que hemos repetido muchas veces, sobre lo que hemos reflexionado, lo que está dentro de una historia… Parece complicado, ¿np? Pues TODO este es lo que pueden hacer los juegos que os proponemos.
La repetición
En algunos de los juegos que os enseñaremos la mecánica se basa en el cálculo. Durante una partida se pueden hacer decenas o centenares de sumas, muchas más de las que caben en la hoja de deberes.
La diferencia es el objetivo: para quien juega sumar es un medio, no una finalidad. De hecho, muchas veces el jugador no es consciente de la cantidad de cálculos que está realizando, pero sabe que si quiere hacer una buena jugada los tiene que hacer bien. De la misma manera que para ir a buscar el pan no nos entretenemos pensando cuántos pasos tendremos que hacer y cómo los hacemos: vamos y punto.
La reflexión
Por otro lado, también se ha descubierto que nuestras neuronas están más atentas y motivadas a hacer un esfuerzo intelectual en determinadas circunstancias. ¡Nos gusta ponernos a prueba y eso es fantástico!
Los retos tienen que ser lo suficientemente difíciles como para merecer este nombre, pero no demasiado como para ser un obstáculo insuperable… Y esto también se puede conseguir mediante el juego.
La historia
Gabriele Mari, autor de juegos, me comentó que para él cada creación que hace es un relato. Lo que otros expresan escribiendo, componiendo o esculpiendo, él lo hace mediante un juego: imagina un ambiente, un universo con normas propias y personajes que tienen que llegar a su objetivo.
La manera de jugar, la mecánica, dependerá de la historia que haya creado y lo que intentará es involucrar al jugador. Que el mundo real sea, por unos minutos, el que hay en el tablero.
El vínculo emocional
Este vínculo se produce cuando se comparte un rato de juego en común con la familia, los amigos o con perfectos desconocidos. Alrededor de la mesa se producen relaciones e interacciones que no es posible reproducir delante de una pantalla, un libro o un cuaderno.
Para que se produzca esto es importante que no escojamos cualquier juego, ya que tendrá que ser capaz de atrapar en su historia a todos los jugadores, tengan 4 o 90 años.
Es muy importante que el juego sea igual de estimulante (y divertido) para el hijo/a y para el padre/madre, ya que entonces será mucho más probable que apetezca volver a jugar… Y volver a jugar implicar reforzar cada uno de los 4 puntos mencionados: repetición, reflexión, inmersión en una historia y vínculo emocional.
Y ahora viene la pregunta… ¿Con qué juegos lo consigo?
KATAMINO
Es un puzzle de dificultad progresiva que se basa en unas figuras llamadas pentóminos (os recordarán a las del Tetris).
Es bueno para trabajar: percepción espacial, rotaciones, translaciones, simetrías. Sin olvidar la constancia, la lógica, la concentración o la psicomotricidad fina…
Jugadores: 1 o 2
Edad recomendada: a partir de 3 años
Duración: la que queráis
HALLI GALLI
Juego de cálculo mental muy rápido en el cual los jugadores tienen que sumar y restar las frutas que hay en unas cartas que giran por turnos. Cuando en las cartas que se han dado la vuelta hay una cantidad exacta y determinada (5 frutas iguales) se tiene que tocar el timbre (el componente del timbre lo hace muy atractivo para todos los públicos). Quien lo haga primero se lleva todas las cartas que hay a la vista. Gana el jugador que las recoge todas.
Es bueno para trabajar: percepción visual, cálculo mental, velocidad de reacción y concentración.
Jugadores: de 2 a 6
Edad recomendada: a partir de 6 años, aunque en los juegos que incorporan velocidad de reacción es importante que todos los jugadores tengan el mismo nivel.
Duración: una partida dura unos 10 minutos
AWALÈ
Pertenece a una familia de juegos con miles de años de antigüedad, de base y temática agrícola: se trata de sembrar y realizar la cosecha. De apariencia muy simple y de reglas sencillas, es de aquellos juegos que aprendes en 5 minutos pero que cuesta dominarlos. Para trabajar el cálculo es de los mejores que hay.
Es bueno para trabajar: cálculo, táctica, estrategia, concentración.
Jugadores: 2
Edad recomendada: a partir de 8 años
Duración: depende del nivel de los jugadores, pero normalmente duran unos 10 minutos
CARRERA DE TORTUGAS
Es un juego de estrategia, picardía y engaño que se puede jugar a partir de los 5 años. Cada jugador tiene que intentar ganar una tortuga determinada que sólo conoce él. En su turno los jugadores pueden mover una o más tortugas, dependiendo de la carta que jueguen. Eso les permite avanzar, retroceder, subir encima de otras fichas o sacarse de encima un pasajero molesto. ¡Mucha acción concentrada en 10 casillas!
Es bueno para trabajar: estrategia, cálculo, concentración, táctica.
Jugadores: de 2 a 5
Edad recomendada: a partir de 5 años
Duración: entre 15 y 20 minutos
ZOMETOOL
Es un juego de construcción con el cual podéis llevar al límite vuestra capacidad de crear las más variadas figuras geométricas y las estructuras más complejas: desde un simple cuadrado hasta un rascacielos que toque el techo de vuestra casa. Es increíblemente estable y escalable.
Es bueno para trabajar: cualquier tema donde haya aspectos geométricos, pero también la química y la bioquímica.
Jugadores: dependerá de las piezas que tengáis
Edad recomendada: a partir de 8 años es genial, pero lo hemos probado con niños más pequeños, de hasta 4 años. Tienes que estar con ellos, ¡pero no os imagináis todo lo que llegan a hacer!
Duración: ¡tanta como imaginación!
QUORIDOR
Es un juego de estrategia con pocas piezas, pocas normas y muy divertido. Se juega en un tablero de 9×9 casillas. El objetivo de cada jugador es llegar a cualquier casilla del lado contrario, la cual cosa sería sencilla si no fuera porque cada jugador dispone de 5 a 10 paredes (depende de si juegan 2 o 4) para molestar y dificultar el camino haciéndolo más largo.
Es bueno para trabajar: estrategia, táctica, cálculo y concentración.
Jugadores: de 2 a 4
Edad recomendada: a partir de 6 años
Duración: entre 15 y 20 minutos