CAMINO DE RONDA, DE SANT FELIU DE GUÍXOLS A LA PLAYA DE SANT POL

El enfrentamiento del mar con la tierra

Longitud: 2,40 km

Dificultat: fácil

Duración: 1 hora y 20 minutos (sólo ida)

Camino de acceso a las calas, donde podréis pasear y contemplar el litoral. (GR-92)

Empezaréis sobre el puerto marítimo donde tendréis la primera y única perspectiva de Sant Feliu con el Fortim, posterior Caseta de Salvament de Nàufrags (1897) y actual anexo del Museu d’Història.

Escaleras arriba, escaleras abajo, iréis pasando distintos miradores (Peixateres y Triadores), entre los acantilados y la urbanización.

Llegaréis a un saliente de roca, donde se encuentra Cala Molí. Aquí hay la posibilidad de hacer una vía ferrata bien equipada, rodeando los acantilados que envuelven la cala.

En un momento el camino pasa a ser forestal, entrando en el sector bajo protección de Espacio de Interés Natural, llamado Paratge de la Volta de l’Ametller.

Atravesáis un bonito pinar litoral de pino piñero con sotobosque de encinas. Excepcionalmente, cerca de la encantadora cala Ametller, se encuentra mirto.

En el mar los arrecifes sobresalen por el agua, cristalina y no muy profunda, que deja vislumbrar un hipnótico paisaje subacuático.

Llegaréis al punto más alto, el mirador de les Mestresses, al lado de la Punta del Cap de Mort.

Acantilados, arrecifes y cuevas crean composiciones de postal. Veréis la Playa de Sant Pol. Parece que ya casi estamos, pero acabamos de llegar a la mitad del camino.

Bajáis e iréis haciendo incursiones junto al agua, para tener distintas perspectivas de las vistas anteriores.

Volvéis a pasar por un sector urbanizado, con el camino arreglado de nuevo entre las casas y la línea de costa, pero no por ello menos bonito. Un seguido de pequeñas calas estrechas entre rocas y encinas, como la de los Mussols, del Peix, del Cranc o del Maset, entre otras, os irán invitando a pararos y bañaros, practicar el snorkel o disfrutar de su tranquilidad y contundente belleza

Sin darnos cuenta, después de algún otro mirador y de pasar el túnel con su mirador pétreo, donde los árboles son bonsais naturales, llegaréis a la playa de Sant Pol.